Hoy es un día precioso. El sol inicia irradiando a cada una de las personas que transita por las calles. Aún yo no le soy indiferente y aunque su calor es torturador me gusta saber que su luz es parte de mi día.
En muchas de las conversaciones familiares que tuve la palabra fe se pronuncia con gran facilidad. "Yo tengo fe en ti", "Mi fe es grande", "Por fe, hijo, por fe"... y más frases que me cuesta recordar. ¿Qué es la fe? Para nosotros, cristianos radicales de corazón, nuestra fe es más que la certeza de lo que no se ve (Hechos 11) La fe se convierte en nuestra arma, nuestro poder. Sin fe nada somos, mas por fe andamos, dice la Biblia.
Es cierto. Por fe ocurren grandes cosas en nuestras vidas. Lo único que se necesita es tener fe, basta con eso.
Y entonces luego de saber que mi fe es mi principal motor, ¿Se puede medir? Quizá no en metros, litros o alguna medida que ya exista, pero certeramente puedo decir que la fe puede maravillar personas. Hay personas que tienen su fe mucho más enraizada y otras simplemente creen por creer (esto último difícilmente se puede llamar fe).
Veamos la historia del Centurión. En Lucas 7:1-16
Jesús muestra su poder de sanación o simplemente manifiesta su gran poder frente a las personas que tienen una fe verdadera en Él y en nuestro padre.
Saltemos al versículo 3: "Cuando el Centurión oyó hablar de Jesús, envió unos ancianos, rogandole que viniera y sanara a su siervo...". Centurión tiene un siervo muy querido que está enfermo y sabiendo que Jesús tiene el poder de sanar, manda a rogar su presencia en su aposento para que cure a su siervo de la enfermedad.
Los ancianos se acercan a Jesús y le ruegan que vaya, dando testimonio que el Centurión es digno de concederle este milagro (Versículo 4). Mas cuando continuamos en la historia vemos que Jesús está en camino con ellos y cuando está cerca de la casa se aparecen unos amigos del Centurión.
(Versículo 6-7) "Señor no te molestes, pues no soy digno que entres bajo mi techo, por lo que ni aún me tuve por digno de ir a ti; pero di la palabra y mi siervo será sanado..."
Jesús ante este mensaje recibido por parte de los amigos del Centurión manifiesta su asombro y maravilla. "Os digo que ni aún en Israel he hallado tanta fe" (V. 9)
Es sorprendente la fe con la que el Centurión declara que el siervo será sanado. Así es mis queridos hermanos(as). Dios solo espera que tu deposites tu confianza en Él y Él hará. Pero más que confiar, aprende a creer en Él y sobre todo a creerle a Él y a su palabra.
Si nosotros aprendemos a fortalecer nuestra fe con la lectura diaria y conociendo las promesas que Dios tiene para nosotros. Nada en esta vida, absolutamente nada, es imposible.
Recuerda leer la historia completa.
Algunos versículos:
- Deuteronomio 33:27
- 1ª Pedro 1:6 - 9
- Juan 5:24´
- Juan 11:25-26
- Juan 12:46-47
- Romanos 10:8-9
- Romanos 5:1-5
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